Ya no estoy sola...
la noche y la soledad me acompañan.
No dejo de observarlas...
Sordos mis pensamientos
enmudecen , se tornan secos.
Tu furtiva ausencia se desgrana
y como estrellas lejanas,
que como tú, nunca alcancé,
enredadas en mi pelo,
anhelantes de un aroma,
esperan ansiosas el alba
para luego, derrotadas,
poder desaparecer.
Lorey
el instante
-
La sublime inmensidad de tus pupilas te arrastró a los laberintos de mi
mente y allí estás trémulo como entonces, tres escalones más abajo, tus
ropas moja...
Hace 7 años
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